
Cuando tu pupila huye de la mía
Y juega delicadamente con tu cabello de seda



Hoy día amada una triste nostalgia me invade el cuerpo
Nuestra patria sufre un terrible desastre
Nuestros hermanos agonizas a los lejos
Frente a la belleza del mar de paracas
Estuvimos juntos en esos minutos
Cuando la tierra se transformaba en mar
Y nuestras casas, en barcos a la deriva
Flotando al azar en una tormenta impredecible
La noche fue un crepúsculo terrorífico
Y la amanecida ya no fue igual
Jamás será lo mismo
Recordaremos que esa madrugada ya no hubo sonrisas
Dios, mis hermanos se dirigen hacia tu reino
Y otros en el camino claman tu ayuda
Te imploro que en esta tremenda desolación
Coloques tus manos en la llaga y calma el dolor
Las lágrimas evaporan hacia el firmamento
Forman una nube blanca que cubre el cielo
Y sobre la faz de los campos desgraciados
La lluvia de esperanzan demora
Es una parte de nuestro Perú
Es una parte de nosotros
Si ellos sufren el daño causado
Hacemos nuestros el sufrimiento
Dios, que el hambre no mate sus anhelos
Que el frío no congele sus esperanzas
Mas de entre los tantos escombros
Renazca un nuevo y próspero pueblo.
Yemayel Márquez ochoa
16 de agosto de 2007
AYACUCHO-PERÚ